16 de noviembre de 2012

Te lo prometo.

Marta, amada mía… Te prometo la vida eterna. Y, con esta promesa, te prometo que la cumpliré. Y prometo también asegurarme de que se cumpla. Te prometo vivir eternamente junto a mi alma, en mi corazón. Con mi amor.  Pero con una condición… Tienes que amarme, como tú prometiste, durante el resto de tu vida. Y este juramento quedará por siempre aquí, entre nosotras. Nadie podrá romperlo. Juro también amarte tanto o incluso más como tú me ames a mí. Pero, si tú dejas de amarme… Si rompes esta palabra, dejaré de amarte yo también. Para siempre. Pues si tú no me amas, ¿de qué sirve? Moriré. Conmigo, morirá mi alma. Y ya no podré hacer justicia… dime que no lo romperás. Pues no podré seguir viviendo. Quedaré sola en el vacío, en el cielo o el infierno, o en un estado intermedio… como sea. Pero sea lo que sea eso, no será vida. No habrá vida, no mientras tú no me ames. Así que intenta hacerlo, dijiste ‘capaz’, ¿no...? Cúmplela, cumple esa promesa… No quiero morir, y prescindir de tu amor, no quiero… Quiero abrazarte, besarte a diario. Quiero tu amor, lo necesito… Es el aire que respiro, la esencia de mi ama, la sangre que corre por mis venas, mi aliento, mi bebida, mi alimento, mi gravedad, mi mundo, mi vida, mi universo, mi día, mi noche, mi mañana, mi tarde… Lo es todo. No puedo prescindir, no, lo siento. Te obligaré a amarme, insistiré hasta la muerte… Pues será dulce si es contigo. Sino, no la quiero… Quédate mi alma… Quédatela. Devuélvemela si pierdes. No la quiero. Te amo…. ‘I promise’. I promise to love you every single day, every single night, every single moment of my life. Lo prometo… Prométeme esa vida juntas. Promete amarme eternamente. Promete cumplir la promesa. Prométeme amor eterno, pero hazlo ya… Y te prometeré cumplir esas promesas. Te prometo mi vida. Te prometo todo. Te lo prometo. No son solo promesas, es un juramento. Un juramento de amor. Y hoy, aquí y ahora, te doy mi palabra. Mi palabra, cuando te digo que te amaré eternamente. Por siempre. Cada día, cada hora, cada minuto, cada segundo… Cada momento de mi vida. Te amo, mi amor, mi vida, mi mundo, mi todo… Te amo. Te lo prometo.

12 de noviembre de 2012

Dulce apocalipsis...


Yacimos juntas bajo las dulces sábanas, nosotras y nuestro amor, olvidando el exterior de esas cuatro paredes que contenian y aguardaban el secreto de nuestras almas haciendo el amor durante toda la fría noche. Nuestros labios no perdían el contacto, ignorando la cruel realidad que aguardaba tras la ventana entreabierta frente a la cama. Envenenadas por el dolor de la despedida, nuestros cuerpos se acariciaron por última vez y con un beso de amor pronunciamos las palabras "te amo" una vez más. Ambas cerramos los ojos, sintiendo como nuestra sangre se derramaba sobre aquella cálida cama, inundando la sala del recuerdo. Aquel fué el último amanecer que nuestros ojos presenciaron, viviéndolo como el primero.
El mundo, el cuel mundo acabó con nosotras, con nuestra realidad. Nos perdimos en nuestros besos, nuestros sentimientos salieron a la luz por completo. Hicimos el amor hasta nuestro último aliento, y así nuestros cuerpos se apagaron en un momento de a la vez, libertad.
Sentí com onuestros corazones dejaron de latir, como nuestras respiraciones bajaban el ritmo hasta desvanecerse y una muerte así, juntas, sin dolor, hacía que la muerte no fuera tn mala. Hacía que fuera algo dulce. Con las espinas clavadas en todo nuestro cuerpo ensangrentado y tras hacer el amor y beber y besar el veneno (que era a la vez el néctar de la salvación) hizo que nuestras almas quedasen liberadas, y más tarde se reunirían en otra vida para poder empezar todo otra vez...


22 de julio de 2012

Amor, amore, love, liebe, amour, kärlek...


Besarla y sentir que tu mundo flota. Cerrar los ojos en ese beso y que se vayan todos tus problemas. Desaparecer por completo al sentir sus labios en los tuyos. Al sentir todo su amor. Querer morir en ese beso, en sus labios. Mirarla de pies a cabeza y pensar 'ella será la madre de mis hijos'. Morder tus labios al ver los suyos, sonreír al ver su sonrisa, bajar la cabeza al cruzarse tu mirada con la suya. Pensar en pasar mil noches con ella. Dedicarle palabras de amor y ser feliz al hacerla feliz a ella. Escuchar, escribir, decir, pensar o imaginar su nombre y estremecerte.. Marta.. Que su voz te parezca el más hermoso sonido. Decirle 'te amo' cada cinco minutos. Querer respirar su aire, que ella sea tu oxígeno. Pensar en qué estará haciendo, pensando, sintiendo, viendo, en qué llevará puesto, que estará escuchando, leyendo o mirando. Escuchar su voz y estremecerte, quedarte plasmada al mirarla, abrazarla y no querer soltarla nunca, sentir su alma solo con estar cerca de ella, coger su mano y desear que todo lo demás desaparezca. Querer secuestrarla y besarla hasta que el mundo acabe, que el planeta explote, que los mares y océanos se sequen, que el sol se apague, que las nubes se deshagan, que la tierra arda, que todo a tu alrededor se derrumbe, que mueran todos los insectos de la Tierra, que la luna caiga, que el universo se consuma, que la electricidad se agote, que cada bebé por nacer nazca, que el tiempo se pare, que la atmósfera, hidrosfera, geosfera y biosfera se hagan una, hasta que se acaben todos los chistes de todos los países, que no existan los colores... Hasta morir. Querer besarla, hasta morir. Y que todo estalle dentro de ti al imaginar que hacéis el amor, al recordar su sonrisa, al rozar su piel, al ver una notificación suya, al dedicarte palabras hermosas, al pensar en lo afortunada que eres por tenerla, al besarla, abrazarla, tocarla, sentirla, mirarla, pensarla, imaginarla, verla, al estar con ella. Eso es amor. 

5 de julio de 2012

Momentos

Hay momentos en los que te olvidas del mundo. Olvidas todo lo que te rodea: amigos, familia, vecinos, conocidos, tu mascota, las casas o bloques de tu alrededor... Momentos en los que recuerdas pequeños fragmentos de tu vida, recuerdos. Pequeños momentos que se quedaron en ti, en piezas. Unos te hicieron feliz en su momento, otros te hundieron. Es como leer tu diario... Piensas en lo que tenías antes, y lo que tienes ahora. Con suerte, y yo tengo suerte, pensarás '¿Donde ha estado ella toda mi vida?'. Piensas en todo lo que has perdido y ganado en tu vida, te preguntas si lo compensa. Y a veces solo con tener a alguien a tu lado en quien pensar, y dedicar unos minutos para absorberte completamente en tus recuerdos, vale la pena haber perdido miles de batallas. Alguien por quien valga la pena luchar. Alguien que te anime a salir adelante, alguien por quien decir 'me voy a esforzar'. Hubo una temporada en mi vida en la que pensaba 'no tengo a nadie, no voy a salir adelante. No tendré una familia, ni trabajo, porque seré una fracasada. Si nadie me ha querido y cuidado de verdad hasta ahora, ¿quién lo va a hacer?'. Y es increíble como llega un día en el que te despiertas, y nada es como el día anterior. Te levantas de la cama sintiéndote mejor persona, y algo dentro de ti te dice que no está todo perdido. Sin saber cómo ni por qué, te pones en el ordenador y solo buscas a una persona. Y te preguntas a ti misma '¿es el amor?'. Sonríes, e intentas ahogar los nervios al pensar '¿le hablo? ¿no le hablo?'. Seis, o siete meses después de eso, volviendo atrás en tu mente y recordando los nervios y la felicidad que un día esa persona te hicieron sentir, piensas 'era el amor'. Recuerdas cada momento con esa persona, como ella te salvó la vida. Cómo hizo que volvieras a sonreír, a recuperar la esperanza. Y todo, de un día a otro. Es ese maravilloso día en el que nada más levantarte solo piensas en ella, y te das cuenta de que estás enamorada. Desde el día en el que empezaste a sonreír como una niña pequeña, hasta ahora. Te paras a pensar en todo lo que piensas, en lo increíble que es todo. En que habías olvidado por completo qué era sentirte sola y sin esperanzas. Solo, solo con tener a esa persona que llena todo el vacío que un día alguien dejó en ti, en tu alma. Y solo deseas que esa persona a la que amas, esté a tu lado para siempre... Piensas en lo especial e imprescindible que es el amor en tu vida. Piensas en sus gestos, su sonrisa, su piel, su perfume, sus caricias, su mirada, sus labios... Y te das cuenta de que no quieres perder eso, nunca. Y toda tu vida ha cambiado desde esa primera sonrisa. De golpe un día encuentras el amor, y ya no necesitas nada más... Tu felicidad, tu ilusión, tu esperanza... Todo crece en torno al amor. Deseas todo lo que antes no deseaste, sientes que todo es nuevo, y piensas 'Sí... Es el amor de mi vida.'.
Dicen que no debes arrepentirte de algo que en su momento te hizo feliz. No me arrepiento de nada. Porque si no me hubiera equivocado antes, si no hubiera sufrido tanto por amor y por la amistad, si no hubiera actuado como actué, no estaría aquí, ahora. No sería lo que soy. No sentiría lo que siento. No estaría con ella... No habría conocido el amor de verdad. Lo que es querer proteger y cuidar de alguien las 24 horas del día. De lo único que me arrepiento, es de haber dado el primer beso, y todo lo demás. Todo lo que siento ahora con ella no es comparable con lo que llegué a sentir en su momento. Todo lo que hago con ella lo siento como si no lo hubiera sentido antes. Ella es la primera en todo. Algún día leeré todo esto a mis hijos, y les hablaré del amor. Les enseñaré a cometer errores e imperfecciones, a vivir como ellos quieran vivir, a no dejarse influenciar, a dejarse llevar por ellos mismos y no por lo que le dicten los demás. Tal vez su vida pueda llegar a ser dura... La vida de toda persona ha sido dura en algún momento. Pero, en cuanto a valores y principios, amor, cariño y apoyo, a mis hijos no les faltará nada. Nunca. Les enseñaré a vivir cada momento, a arriesgarse y tomar precauciones a la vez. Todo lo que aprendí por mi misma, todo lo que sentí por mi misma... Quiero que ellos lo sientan tal y como yo lo siento con ella. 

5 de mayo de 2012

Una y otra vez, sigo con mi castigo.

Es como si a nadie le importan realmente mis sentimientos. Como si, por mucho que me digan 'no voy a hacerte daño', toda palabra se la lleva el viento. Es como si cada vez que estoy bien, viene algo que me derrumba. Y cada vez, ese 'algo' es mayor. Lloro por nada y por nadie, porque realmente solo son los fantasmas de mi oscuridad que rondan a mi alrededor. Decepción cuando, incluso tu mejor amiga... Decepción cuando jamás hubieses imaginado la situación. Y que la única persona a la que necesitas, la única que puede animarte, no se te esté permitido verla... Intentas dejar claro que estás mal, y aún así siguen y siguen. A nadie le importan los problemas de los demás, al menos no los míos. Juegan con mis sentimientos de esta forma, mientras mis lágrimas caen y yo sello mis labios para no pronunciar ni un sonido que pueda significar dolor, ellos se alimentan más y más de mi alma. He llegado al punto de debilidad en el que, después de tres semanas, vuelvo a caer en la tentación. Mi cuerpo lucha contra mi alma para abandonar el dolor, un dolor que crece dentro de mi. Y lucho contra la tentación, pero solo soy un débil eslabón. Caigo, simplemente... caigo. Caigo en la perdición, en la locura, caigo en el miedo, en la desesperación... Caigo al vacío. Y, ¿quién va detrás de mi? Nadie. Solo quien sepa leer y comprender mi retorcida y cruel mente, solo quien de verdad me conozca, sabrá que literalmente, mi corazón está sangrando sobre este teclado. Ante esta pantalla. Ante unas palabras tan llenas de dolor como un alma atormentada. Engullida por tu propio miedo y la desesperación, sientes como cada gota cae desde tu corazón, desde lo más profundo, caen en forma de lágrimas. De palabras. Caen, simplemente, caen. Caen a la vez que cae mi alma, destrozada, al igual que mi corazón hecho añicos por momentos. Sumida en mi propia depresión, en mi propio tormento, desaparezco entre las sombras para dar paso a todo lo que tú has querido. Tú, alma abstracta, que vagabundeas por mi mente día y noche. No es nada más que una simple esencia, algo que me envuelve y me deja atónita con cada pasada. Nada es real ahora que no puedo creer. No tengo fe en nada, y las pocas gotas de esperanza residentes en mi, se apagan. Se funden. Se evaporan, desaparecen... Y es que todo en esta vida es tan irónico. Martillazo tras martillazo, lágrimas, sangre, dolor, decepción tras decepción. Siempre la misma historia. El valor se ha perdido en mi vida. Ya no queda nada, solo... esconderme, huir. Huir del mundo como huyo de mi propio dolor mediante mis pequeños secretos, 'hobbys'. Cada uno de mis textos estará incompleto si no dejo una parte de mi dolor, pues siempre está presente. Todo a tu alrededor, TODO APESTA. Todo es dolor, dolor, dolor, dolor, dolor... Intento engañarme a mí misma pensando que todo va bien. Intento convencerme porque sé que es así. Pero entonces... aparece otra vez esa decepción. Ya sea por una u otra persona. Pero, da igual.. ¿Qué más da? ¿A caso nuestro propio dolor es importante? Bueno, el mío no lo es. Palabras clavadas en mí como puñales, y nadie tiene ni idea de lo que hablo. Una de las dos almas que me están matando por dentro, lo sabe. Pero, ¿le importa? Claro que no. Solo... sigue, y sigue. Persiguiendo mi alma, buscando acabar conmigo del todo... Palabras necias, vacías...

4 de mayo de 2012

Lágrima tras lágrima


Es como si estuvieses en el borde de un precipicio y solo hay tres personas tendiéndote la mano. Pero una de ellas te empuja con sus hechos, cada vez más. Ella está detrás de ti, siempre controlando tus actos, arañándote con sus palabras vacías, haciéndote creer lo que no es. Pero lo sabes todo y eso es lo que más duele. Las otras dos personas luchan para que no caigas. Se aseguran de que no hagas estupideces y atacan a quien te hace daño. Pero la persona de detrás de ti envidia el poder de las otras dos personas. Envidian su ayuda, su cariño hacia ti. Das un paso tras otro… Es como si estuvieses ahogándote, pero nadie lo viese. Como estar envenenado: Nadie ve lo que pasa, salvo las dos únicas personas que realmente se preocupan. Intentan vengar tu envenenamiento, intentan salvarte del constante dolor. Pero el/la responsable lucha contra ellas. Manipuladora, voraz.
Es como si mi vida estuviera vacía de alguna forma. Demasiados sentimientos juntos, todos acaban contigo. Sentirte desplazada, vacía, ignorada, menospreciada, impotente, humillada, utilizada… Todo eso junto es realmente explosivo. Debo fingir que vivo en la ignorancia, que desconozco la realidad. Pero sé más de lo que debería, y más de lo que ellos creen que sé. Más de lo que ella cree que sé. Tal vez demasiado. Con ello, nadie puede saber lo que realmente me afecta. Nadie, excepto esas personas que me tienden la mano. Esas a las que debo alejarme para que todo vaya bien. Mentira tras mentira, decepción tras decepción, lágrima tras lágrima y el deseo y ansia por volver al hobby3 aumenta. Me controlo, debo y puedo hacerlo. Tal vez sería más fácil si nadie conociera ese pequeño secreto, pero con ello sé quién realmente se preocupa por mí. Y eso… es solo una persona, hasta ahora. Una sola. Y media. Y esa persona es la que me tiende la mano. Sé que esa persona es capaz de cumplir sus amenazas, porque se preocupa por mí. Sin embargo, la red de mentiras que envuelve mi vida, por la que tengo que pasar con la boca cerrada fingiendo no saber nada, va en aumento. Si hiciera caso a todo el que me advierte, llevaría ya mucho tiempo “sola”. Pero por culpa de mi estupidez, solo de mi estupidez, eso no es así. A veces es mucho mejor hacer caso a la cabeza, y no al corazón… por desgracia, mi masoquismo me impide ser racional. El problema es cuando el número de decepciones aumenta, y empiezas a plantearte seriamente el ‘cortar por lo sano’. Espera… nah. Soy de esas personas que prefieren sufrir teniendo lo que quieren, aunque no tengan lo que necesitan, a no sufrir con la persona no-ideal. Tantas, tantas mentiras… Son tantas, que pueden incluso conmigo misma. Me destrozan, y aún así debo seguir fingiendo. Pensar que formo parte como de un juego, que soy un tipo de marioneta, solo me deprime más por cada vez que lo pienso. Pero, ¿qué hacer? Nada. Mi estupidez, mi tremenda estupidez, me impide actuar así que… a joderse. Algún día caeré por ese precipicio, y entonces solo una de las dos personas que me cogían la mano, la que de verdad está ahí por mí… solo esa sufra, tal vez. La persona que me empuja hacia allí con sus mentiras sin ni siquiera poder darse cuenta, sufrirá por haberme perdido. Pero no por lo que soy, sino por los beneficios que le aporto. No me echará de menos a mí, echará de menos mi papel en su vida. No me quiere por quién soy, sino por lo que hago. La otra que me coge la mano, simplemente… se cabreará, y empujará a la culpable hacia el abismo detrás de mí. Mientras tanto, los demás peones solo dan pequeños pasos hacia mí, de forma que acabarán por comerse mi terreno y hacer que caiga más rápido. Odio tener que guardarme todo esto para mi misma, odio no poder desahogarme como es debido. Hasta entonces, seguiré escuchando música que me identifique y sufriendo, llorando por quien no debo y tragando todas mis miserias. Hablaré con metáforas y comparaciones, como de costumbre. Aunque, de todas formas, ¿a quién le importa? Solo dos, o tres personas (con suerte serán cuatro) leerán esto. Dos de esas personas lo leerán por encima. Tal vez alguna se identifique, pero lo dudo. Pocos están en mi posición. Pero no. Ellos seguirán con sus vidas después de esto, sean quienes sean. La gente suele pasar por estupideces los típicos problemas de la adolescencia. Los entiendo, pero para mi no son simples problemas… es mi vida en sí el problema. Solo espero que algún día alguien me entienda. Solo deseo cerrar los ojos y que todo pase…

29 de abril de 2012

Mis pequeños placeres.

Muchas veces me paro a pensar en los pequeños placeres de la vida. Adoro hacer listas, y ayer hice una.
Para mi, mis pequeños placeres del día a día son:
- Ahogar tus problemas bajo el agua caliente de la ducha, que te absorve de todo y te calma de una forma... Ponerse bajo el agua que cae a pensar en tus cosas...
- La música. Ponerte los cascos con la música a tope, cerrar los ojos y dejar que llene por completo tu mente, tus sentidos. Olvidarse de todo con solo el poder de escuchar una buena canción. Además, hay canciones para cada momento.
- Las sonrisas. Que alguien sonría gracias a mi, me hace sonreir. Ese pequeño gesto que dura tan solo segundos, pero que es tan gratificante... Sobretodo si viene de alguien especial, que te arregla todo un día con una sola sonrisa.
- El amor. Estar con esa persona, sintiéndola, sintiendo sus caricias, no poder quitarle la vista de encima, besarla, abrazarla, cogiendo su mano, oliendo su perfume, recorrer su piel con la yema de tus dedos, darle placer, amarla... Cada palabra que te dedica o que le dedicas, cada mirada, cada sonrisa, cada gesto que tanto te enamora. Es uno de los mejores placeres de la vida el querer a alguien de esa forma. Ser feliz solo al verla, sonreír cuando ella sonríe, llorar cuando ella llora. Pensar en ella a todas horas, soñar con ella, recibir sms's suyos, dedicarle canciones y que ella te las dedique. Escuchar esas canciones que tanto te recuerdan a ella, escribir por y para ella. Pasarte horas pensando "¿Qué estará haciendo?", sentirte identificada con canciones y películas de amor... No ser capaz de recordar cómo eras cuando no estabas enamorada de ella... Grandes placeres que te llenan día a día, como un mensaje de 'buenos días'. Desear toda una vida con ella, imaginar momentos que esperas que un día se hagan realidad.
- La amistad. Tener a alguien que sabes que va a estar a tu lado pase lo que pase. Alguien que esté ahí cuando el amor falle. Alguien que cogerá tu mano cuando caigas. Alguien a quien molestar sin que se enfade, con quien cada insulto es algo cariñoso. El placer que implica sonreír cuando estás con tu mejor amiga, no se puede medir con palabras.
- Escribir. Poder decir en un escrito lo que no puedes decir con palabras. Desahogarte sobre un papel, y que luego todo quede marcado con tinta. Escribir lo que piensas y sientes, lo que no te atreves a decir. Lo que no tienes fuerza para expresar. Desangrar tu corazón sobre un papel para decir lo que con palabras no puedes. Escribirle a esa persona para hacerle saber lo que sientes. Poder dejar todos tus sentimientos y secretos sobre un papel sin el miedo de ser juzgada por ellos.
- El cine. Ver una buena película, una película que te marque, que te haga reír o llorar. Enamorarte de una película con la que te sientes identificada. Llorar, sentir algo viendo una película cuando no puedes desahogarte de otra forma. Esas películas que te marcan y te obsesionan, pasarte días guardando fotos y más fotos sobre ello. Enamorarte de los personajes, aprenderte los diálogos...
- La inocencia... La inocencia de un niño pequeño. Mirar a un pequeño y saber que no es consciente de todo el daño que hay en el mundo. No tiene preocupaciones porque vive en la ignorancia. Un niño pequeño no sabe qué es la tristeza, no sabe que es el dolor, ni la decepción, ni el amor. Recibir una sonrisa de tal forma de inocencia es, a parte de gratificante, confortante. Que un pequeño que ni siquiera sabe hablar te diga que te quiere solo con gestos. Los bebés no saben que te quieren, pero lo hacen, incondicionalmente. Sufrir cuando uno de ellos sufre... Son la viva imagen de la inocencia. No te juzgan, ni te mienten...Simplemente, viven.
- Leer. Es increíble como unas páginas, un libro, puede absorverte hasta otro mundo. Meterte en la piel de otra persona completamente diferente a ti, y sentir lo que esa persona siente. Llorar, sonreír con un solo libro. Libros como 'Lazos de amor' de Brian Weiss, hasta 'Las crónicas de Narnia'. Todos y cada uno de los libros son especiales y diferentes. Libros de Vampiros, de castillos, libros de amor, de fantasía... Desconectar del mundo al leer es un pequeño placer de la vida.

18 de abril de 2012

Tan solo un sueño...

17.04.12
Hoy he tenido el que podría ser el mejor sueño de mi vida. Para mí, los sueños son algo increíble, pues es lo único en nuestra vida que no podemos controlar. Solo somos vulnerables cuando dormimos. Y los sueños pueden influirte muchísimo. Si tienes una pesadilla, y duermes poco, solo una noche puede causarte un mal día, incluso insomnio. Por eso y porque no podemos controlar lo que soñamos, para mi son tan importantes. Y yo hoy, soñé con ella. Al principio de mi sueño, estaba yo en casa de mi abuela con un amigo al que realmente ni conozco. No sé su nombre, solo que era romántico, simpático, tierno y vestía muy bien. Era moreno de piel, alto. Teníamos una relación casi fraternal, y el escenario del sueño cambiaba de la casa de mis abuelos a una casa de madera decorada como una tienda de ropa. De golpe me vi en una habitación. Esa habitación era pequeña, con suelo de parqué. Solo había una cama con un ordenador en frente y una estantería. Allí, en esa cama, estábamos sentadas con el ordenador ella y yo. Yo le enseñaba cosas y las comentaba con ella. No había cobardía, ni timidez, ni complejos ni orgullo en esa habitación. Dejé el ordenador y me tumbé junto a ella. Ella estaba boca arriba y yo apoyada en la almohada con el codo, apoyando mi cabeza en mi mano, mirándola. Ambas hablábamos, reíamos. Acerqué mis labios a los suyos y le di un pequeño pero dulce beso. Ella se sentó junto a mi. Estábamos en pijama, en aquella cama con una sola sábana. Podía ver la felicidad de mis ojos reflejada en los suyos cada vez que nuestras miradas se encontraban. Hablábamos sobre películas, sobre qué habíamos hecho el día anterior, sobre nuestras amigas y sobre lo que sentíamos la una por la otra. Me dijo 'te quiero' varias veces al oído y yo no podía dejar de sonreír. Ver que ella tampoco dejaba de hacerlo me hacia aun más feliz. Nos besamos, sentadas las dos en aquel colchon, la una en frente de la otra, sonriendo incluso cuando nuestros labios se probaban. Con pequeños y cariñosos besos frecuentes, nuestros labios jugaban a acariciarse, a amarse. Me tumbé, y seguía mirándola y sonriendo. Deslumbrada por su perfecta y delicada belleza, no podía apartar mis ojos de ella. Solo mirarla era tan placentero. Ese momento era sin duda, perfecto. Ella fué hacia mi, con sus labios directos a los míos. Volvió a besarme y me abrazó, poniendo su cabeza sobre mi pecho, sobre mi corazón, sintiendo como éste intentaba romperlo y salir de él con bruscos latidos. Se calmó en pocos segundos. Cerré los ojos sin apagar mi sonrisa y le acaricié el pelo. La música sonaba en el ordenador, y la lista de reproducción hizo sonar la siguiente canción: Stranger, de Secondhand Serenade. Al oírla, mi sonrisa creció. Ella levanto la cabeza de mi pecho, y aún abrazándome, me miró y me besó. Se tumbó junto a mi y seguimos con el prolongado beso lleno de cariño, amor, ternura... acaricié su cuello y ella mordió mi labio inferior con delicadeza. Adoro cuando hace eso... ella puso una mano sobre mi corazón, que ahora latía con aún más fuerza. Así nuestros labios y sentidos siguieron jugando hasta que la canción acabó. Separamos nuestros labios, nos pusimos frente a frente y nos miramos a los ojos. Derramé una lágrima de felicidad, a la cual ella respondió con una sonrisa, haciéndome sonreír a mi también. "Tengo hambre", dijo. Se me ocurrió una idea. Salí de la habitación y volví a entrar con una tarrina de helado y dos cucharas. Volví a sentarme junto a ella, abrimos el helado y lo compartimos. La música sonaba por toda la habitación, haciendo que cada momento junto a ella fuera aún más perfecto. Compartimos cucharadas de aquel frío helado que nos hacía estremecer por el contraste con el ambiente templado de la habitación. "¿Sabes? Este está siendo el mejor día de mi vida." me dijo. "El mejor día y los mejores momentos de la mía, mi amor. Sin duda." dije yo. Sonrió y agachó la cabeza para ocultar su rostro ruborizado. Se la veía feliz... Bueno, lo era. Me sentí feliz y orgullosa en aquél momento. No había palabras para describirlo. Deseé que ese día no acabara nunca. La habitación iluminada por el ventanal fue tornándose oscura a medida que la noche se acercaba. Volvimos a tumbarnos, cara a cara, agotadas. Nos miramos a los ojos y se durmió en cuestión de minutos. Pasé la noche mirándola, abrazándola, acariciando su pelo y su cuerpo. Amaneció junto a mi, y con una sonrisa le susurré "buenos días, princesa". Ahí, justo ahí, acaba mi sueño. Quise llorar al darme cuenta de que no había sido más que eso, un sueño. Me entristecí solo de pensarlo, y sentí rabia. Pero ahora ha quedado aquí, escrito en forma de recuerdo. Lo recordaré hasta que, algún día, se haga realidad. 

12 de abril de 2012

Vampiros.

Él es el dueño de la noche. Se oculta en su cripta durante el día, rehuye de la luz del sol. Un solo rayo solar puede fulminarle, dejarle hecho polvo literalmente. En su cripta todo es de piedra. No puede correr el riesgo de ser herido por la madera. Todos le temen, pero él... él desconoce el miedo. Es fuerte, rápido. Capaz de matar al más grande ser humano antes de dejarle articular palabra. Busca la sangre, la huele, la nota a kilómetros. Su sed se torna insaciable. Arrebata la vida a aquellos que se le antojan. Gente que lo merece y gente inocente. Está solo contra el mundo, solo entre las sombras. Bebe hasta la última gota de sangre de sus víctimas. Bebe hasta la última gota de vida. Y eso le hace fuerte. Casi todos desconoces su existencia. Muchos viven atormentados, con miedo a ser los siguientes. Otros desean vivir junto a él eternamente. El precio para pertenecer a la oscuridad es nuestra propia vida. Y aquél que no aproveche cada momento se arrepentirá. Pero incluso la más cruel criatura tiene un punto débil. Su debilidad ante la mortalidad, lo hace más vulnerable pero cruel a la vez. Una criatura hermosa, de tez pálida. Junto a él todo es dolor, placer, deseo, sed de sangre. El excitante y placentero dolor de un mordisco, sentir como se lleva tu esencia, como absorbe tu vida, bebiendo cada gota de sangre que contienen tus venas, acabando con tu pulso, debilitandote por momentos. Puede hacerte suyo solo con mirarte a los ojos. Sus ojos se tornan rojos con su sed de sangre. Los vampiros aman hacer el amor con dolor y la pasión constantes que conllevan estar succionando la sangre del otro. Lo hacen con humanos para sentirse más poderosos. Los vampiros no se excitan con desnudos, ellos ven más allá. Ven el arte del perfecto cuerpo de los humanos, tan débiles y vulnerables. Ellos se excitan con la sangre. Él tiene un cuerpo desnudo de una bella mujer de rostro pálido y solo desea hacerla suya al poseer su cuello. Todo lo que hace un señor de la oscuridad, es arte. Arte, morboso y masoquista arte. Ven la belleza de un cuerpo, de la sangre. Desean oír los latidos de un corazón humano. Su corazón no late, y su nostalgia hacia la mortalidad hace querer pasar su dolor a aquellos que pasan por alto los latidos de un corazón. A aquellos que no se dan cuenta de la belleza del sol, de un amanecer que pasan por alto día a día. Por fuera es duro como una piedra, pero muy en el fondo solo hay dolor. Eso les hace desear el dolor de los demás. Un vampiro solo puede temer al dolor. Cualquier mínimo de humanidad en ellos puede hacerlos sentir. Los vampiros cuando se enfadan, se enfadan de verdad; pero cuando se enamoran... El amor es para ellos un sacrificio que no se pueden permitir. Los enemigos naturales, los licántropos, pueden acabar con ellos. Pero solo durante dos días al mes, en la luna llena. El resto del mes, son débiles ante ellos. Todo es débil ante ellos. El vampiro es puro arte. Es excitante imaginar cómo debe sentirse uno al notar los colmillos de uno de ellos en su propio cuello. Succionando la sangre con un excitante dolor, sintiéndose débil por momentos. La lujuria lo es todo para ellos. La sed de sangre es todo deseo, incapaz de contener. Puede tener a quien quieran, cuando quieran. Matan por sangre, viven por ella. Él es un alma solitaria, ronda por las calles de noche, entre las sombras, cuando sus enemigos y sus presas son más débiles. Se llevan el alma de sus víctimas. Y las vampiresas... ellas son pura pasión, pura sexualidad, puro deseo. Ellas se dejan llevar por su lujuria, su sed de sangre. Su fría y pálida piel las hace siempre más hermosas, y sus perfectas curvas hacen que ellas sean perfectas. Hacen que los hombres deseen su cuerpo, hombres y mujeres. Tienen tendencias bisexuales. Ella desea tu cuello, desea hacerlo suyo, lamer la sangre de tu yugular cayendo sobre tu pecho, sobre el resto de tu cuerpo. Te roban el alma y se llevan tu inocencia y tu pureza. Te llevan al lado oscuro, te matan de placer literalmente. Hacen que las desees más y más, muerden tus labios para probarte. Él sabe lo que hace y actúa con precisión y prudencia. Ella es salvaje, se deja llevar. Ella solo... actúa.



11 de abril de 2012

Pasión, deseo, placer, amor... locura.

Ella apoyó su cabeza sobre mi torso. Mi corazón, débil, latía con todas sus fuerzas como si quisiera salirse de mi propio pecho. Pero la tranquilidad que ella demostraba suavizó mis latidos. Pude sentir la paz que el placer emanaba. Tanta tranquilidad hizo que mis ojos se cerrasen por un momento. Puse una mano sobre su cuello y lo acaricié con cariño. Contemplé su delicado rostro, el contorno de su nariz y sus ojos cerrados, su precioso pelo, las comisuras de sus dulces y delicados labios… Cerré los ojos solo para intentar sentirla aún más cerca. Todo estaba oscuro, por la ventana solo entraba un pequeño rayo de luz. Verla en la oscuridad, entre las hermosas sombras, hizo que pareciera aún más bella. Adoro acariciarle el cuello, pues es su punto débil. Pasé las yemas de mis dedos suavemente desde su nuca hasta su suave pecho, acariciando ligeramente su cuello. Sentía como su piel se erizaba bajo mis dedos con cada caricia. Deseaba poder pasar toda una noche así, junto a ella, sintiendo su esencia, dándole placer solo a base de caricias, y no dormiría ni un segundo. Me quedaría despierta contemplando su belleza, viéndola dormir, dándole cariño hasta que el sol volviese a deslumbrarnos al día siguiente. Al levantarnos, me acerqué a ella, acaricié su cara y la besé sin apartar mi mano de su cuello. El placer me dominó cuando mordió suavemente mi labio, haciéndome suya. En ese beso lleno de toda la pasión y el deseo, nuestros labios jugaban a acariciarse y a darse todo el amor contenido durante toda la tarde. Cada vez que ella mordía mis labios, mi respiración se aceleraba hasta tornarse brusca y entrecortada y automáticamente todos mis sentidos intentaban devolverle el placer acariciándole el cuello con más pasión, llegando a su nuca y agarrando suave pero apasionadamente sus cabellos. Sentía hervir mi sangre en el deseo de besar su cuello. Mi lengua buscaba la suya, la acariciaba y repasaba sus labios con timidez y suavidad. Todo el placer hacía temblar mi cuerpo  y solo deseé que esa sensación no desapareciera nunca. Sin duda, es la mejor sensación que he podido experimentar. Estar besando a esa persona en la oscuridad, solas ella y yo, dándole placer, haciéndole sentir todo lo que siento yo por ella, demostrando todo mi amor y mi deseo en un beso. Con tan solo el contacto de unos labios que se desean, dispuestos a darlo todo en una misma acción. Es un placentero momento puramente romántico y apasionado, y a la vez tan inocentemente bello. Nada de sexualidad, ni de sentimientos vacíos. Todo amor, deseo y placer, y con ello, locura. Sus labios son los más puros e inocentes que los míos han llegado a probar. Y que ella me devuelva todo eso, es increíble. Adoro que me domine al morder mis labios, tomando por completo el control sobre mi cuerpo. Y que nuestras lenguas jueguen a amarse hacen que nuestros suaves y hermosos besos sean más apasionantes. Sentir como nos fundimos al fundir nuestros labios, nuestras lenguas, el placer que eso conlleva. Y soy más suya por momentos. Deseo el momento en el que se haga con mi cuello, mis pulsaciones romperán mis venas y la sangre fluirá entre ambas sin derramar ni una sola gota. Imaginarlo es casi tan excitante como nuestros besos. Esos labios, esos colmillos que muerden mi labio y hacen que mi sangre se funda en mis venas, probarán mi cuello para hacerme eternamente suya al fin. Pero en cuanto nos despedimos aquella noche, como cada vez que nos vemos, lo único que podía pensar era que tenía que separarme de ella y seguir sufriendo y echándola de menos desde aquél mismo momento. Quisiera abrazarla y no dejarla ir, nunca. Protegerla con mis brazos, amarla, darle placer tan solo con mis labios. Y cada despedida es peor a la anterior. Cada vez que nuestros cuerpos se separan, mi alma se hace añicos. Y mi corazón deja de latir esperando su regreso. Mantenemos el calor con la imaginación y las palabras. Intento sobrevivir como puedo hasta que hasta la próxima vez. Y así, siempre. Todo es duro y cruel cuando necesito sus labios, sus besos o simplemente estar entre sus brazos. Toco mi cuello, noto mi pulso y recuerdo su tacto sobre el mío, mi tacto sobre el suyo. Recuerdo mis irresistibles ganas de besar su cuello, de que ella muerda el mío. Quisiera que hiciera sangrar mi cuello con un placenteramente doloroso mordisco. Como ella lo describe, dejar que la sangre caiga sobre mi cuello hasta mi pecho y dejar que ella lo repase, lo saboree con la lengua. Deseo, pasión, dolor, placer, amor…

31 de marzo de 2012

Todo junto...

Todos me lo dicen. Mis mejores amigas, todas, me advierten. Dicen que he cambiado y saben lo que es mejor para mi más que nadie. Y yo también lo sé. Todas tienen razón, y quisiera hacer lo correcto... pero no puedo.
Llevo toda mi vida queriendo encontrar al amor de mi vida. Han habido muchos, y solo 2 con los que quería pasar el resto de mi vida. Cuando estaba con alguno de ellos, solo podía ver mi futuro con esa persona. Solo quería estar con ellos. Fueron mi primer amor y mi primera chica. Los dos me trataron peor de nadie, y por ellos sufrí lo que nadie ha sufrido. Después de eso, me di cuenta de que nada dura para siempre. Me di cuenta de que no tengo que hacer planes de futuro tan pronto, porque el chasco será peor. Odio no poder tener lo que necesito, solo lo que quiero. Cuando miro atrás, recordando todas las relaciones que he tenido hasta ahora, me doy cuenta de que lo único que he hecho ha sido sufrir. Sí, he conseguido a todo el que he querido conseguir, pero luego todos me han hecho sufrir. Solo ha habido una persona por la que he llorado por que no me pertenecía. Porque no sentía lo que yo sentía. Porque tal vez sea lo que realmente necesito... Quiero hacerlo, quiero hacer caso a la gente que me quiere cuando me dice qué es lo mejor para mí. Pero no puedo. Me piden algo que tanto mi alma, como mi corazón, incluso mi cuerpo ven imposible. Solo quiero estar con ella, abrazarla... Quisiera decir que me da igual lo que digan los demás, pero no es así. Aún así, no haré caso a nada más que a mi corazón. Al fin y al cabo, a veces solo hay que hacer caso al corazón en vez de a la cabeza... ¿no? 
Solo quiero ser feliz, pero hay muchas razones que me lo impiden. Muchas. Sentimientos, acciones varias... Trastornos de personalidad... Mis amigos me dicen que últimamente siempre estoy mal, y le echan la culpa al amor. Sí, el amor implica mucho sufrimiento, pero un solo beso o unas pocas palabras lo compensan todo. No creo que me arrepienta con el tiempo, porque el amor puede con todo. Quiero decirlo todo pero no decir nada a la vez, porque así es el amor, contradictorio. Completamente. Pero todo es tan precioso a la vez... No quiero estar ni un día sin alguna de sus palabras, porque moriría. Y no quiero morir.  No sin haber probado sus labios una vez más...


Mensajes malinterpretados, sentimientos demasiado fuertes. Dolor, sufrimiento, amor, sangre, pasión... Polos opuestos, atracciones diversas, mierdas varias, más dolor, besos, abrazos, picos, dolor otra vez, consejos varios, dos opciones... Todo eso a la vez. Juntos en un solo corazón. ¿Cómo es posible soportar todo eso? No lo sé. Pero algún día de estos me volveré loca, y la verdad, no sé a cuanta gente le importará ni cuanta llorará... Solo sé que las únicas personas que estarán ahí, serán mis mejores amigas. 

18 de marzo de 2012

Paranoias, ralladas, tonterías...

Es inútil decir a alguien 'no estás sola' cuando se siente sola. Uno puede sentirse solo y estar acompañado, la soledad se lleva por dentro. Odio sentirme sola en cualquier mal momento. Sentirme sola y no querer ver a nadie no suena muy lógico, pero es lo que siento. Esta mañana era tan feliz... toda mi habitación olía a ella, y he estado toda la mañana pensando en la tarde de ayer. Pero no sé por qué, todo eso se ha ido ahora y en mi mente solo hay dolor y soledad. Odio mi humor cambiante. Tenía muchísimas ganas de quedar y ahora no quiero ver a nadie. Es como que me falta algo importante, que me siento vacía. Puede que eche tanto de menos sus besos que sin ellos me pierdo a mi misma. Puede que al darme cuenta de que ya no estoy en ese beso y que ahora solo es un recuerdo, mi alma se sienta vacía. Puede que sea eso... y lo odio. Odio estar así porque no solo me afecta a mi, afecta a la gente que hay a mi alrededor. Tienen que soportarme, soportar mis paranoias y ralladas cada dos por tres. Odio decirle casi cada día a mi mejor amiga que estoy mal. Odio estar con mis amigas y deprimirme de golpe, y que nadie sepa qué me pasa. Porque cuando eso me pasa, no tengo palabras. Cuando eso pasa... es porque me siento sola. Siempre el mismo sentimiento. Solo me pasa cuando no estoy feliz, porque cuando estoy feliz no puedo dejar de hablar. Pero no hay estado intermedio. Y es una mierda, porque algún día la gente se hartará de mi y de mis cambios de humor. Una de mis mejores amigas ya está harta de que me deprima cada dos por tres. Ahora cuando me ve mal, pasa de mi. Porque dice que siempre es igual y no me puede animar, y se cabrea. Pero a veces todo se va solo con un sms, un tweet, un estado... a veces todo se va solo con una presente prueba de que todo está bien, de que me quiere.
También odio que solo una persona pueda hacerme feliz a cada momento, y que al estar con ella sea imposible derrumbarse. Odio eso, porque solo ella sabe hacerlo, y debería ser otra quien tuviera ese don. Odio estar mal cuando no puedo verla. Y odio no poder hacer absolutamente al respecto, ni siquiera hablar de ello. Solo mi mejor amiga lo sabe y no puedo hablar con nadie más sobre ello, y eso me mata.
Echo de menos sus besos cada vez que nos separamos, echo de menos sentirla a mi lado a cada momento... Porque cada vez que me doy cuenta de que no está a mi lado, cada vez que me paro a pensar en que quiero besarla pero no puedo, al menos en ese mismo instante, muero... Eso hace que el amor a veces sea muy doloroso, y por mucho que me guste a veces el dolor no quiero que esto sea así. Porque echarla de menos hasta el punto de querer llorar, no es bueno. Tal vez esto me afecte más de lo normal porque la necesito, porque necesito un apoyo ahora mismo. 
Me odio a mi misma por emparanoiarme tanto, porque por culpa de ello no merezco lo que tengo. Es como que todos acabarán pensando "Joder, ¿qué le pasa ahora?" y odio eso porque no puedo hacer nada para evitarlo. Es inútil que alguien le diga "no te ralles" a alguien que se ralla con facilidad, porque si fuera tan fácil evitarlo no se rallaría, ¿no? Es inútil decirle a alguien "anímate", porque, joder, piensas "¿CREES QUE SI PUDIERA ANIMARME ESTARÍA ASÍ?". Y cuando estás así no quieres oír nada de eso, porque son palabras y frases vacías. 
Con todo eso me rallo, me siento inútil, y me monto una tremenda paranoia. 
Hay alguien que siempre, SIEMPRE tiene que cagarla. Da patadas donde más duele, tal vez lo haga sin querer, pero no sé como siempre consigue hacerme llorar. Y si encima le hace lo mismo a mi mejor amiga, y acaba mal ella también... eso si que no puedo soportarlo. Quiero pegarle, quiero matar a alguien, quiero hacerle sentir lo que le hace sentir a mi mejor amiga... pero ella me lo impide. Así que, como siempre, me callaré y sufriré por dentro con todas estas tonterías hasta que se me pase. Esperemos que sea pronto. 

13 de marzo de 2012

Locura.

Odio escribir el amor de una forma tan cruda, porque es como lo siento. Odio sentir que no merezco lo que tengo, que no merezco lo que algunos sienten por mi. La sensación de que algo va mal lleva atormentándome desde hace días, aunque desaparece cuando me siento feliz. Y pensar que no soy suficiente, lo suficientemente buena, me mata. Esa sensación de no ser nada me consume por dentro..
Hace un rato me di cuenta de que tal vez el problema sea yo. Caen tantas cosas sobre mi, que en el mínimo momento de felicidad, me ciego. Me dejo llevar sin pensar en lo que mis acciones pueden perjudicar a los demás: lo que digo, lo que pienso... Tal vez me precipite. Sé las consecuencias de mis acciones mejor que nadie, pero al sentirme feliz no me doy cuenta de ello. 
Odio que haya ratos en los que siento que el alma que me atormenta (escribo mil escritos sobre ello, pero todo queda guardado en mi conciencia.), pueda conmigo. Sé que no es así, sé que solo puede apoderarse de una parte de mi cuando estoy débil. 
El sentimiento de culpa llega a ser tan grande que intento castigarme a mí misma sintiendo el amor como algo crudo que acabará conmigo, algo que no merezco y por eso lo tomo como algo cruel. Merezco ese sufrimiento, y ese es el punto. Todo lo que sea castigarme a mi misma puede ser un pecado por varias razones. Me contradigo a mi misma, porque estoy echa un lío.
Puedo amar con toda mi alma, es más, amo con toda mi alma. Y cuando siento que hago algo mal, que alguien sufre por mi culpa, muero. Literalmente. Mi cuerpo, mi mente, mi corazón pide ser castigado. Lo castigo pensando que no lo merezco. Como siempre digo, podría sacarme el corazón del pecho con la mano solo para demostrar que, pase lo que pase, solo puede pertenecer a una persona. Se lo entregaría con mis propias manos si pudiera, en mi último aliento.
Entregaría cada gota de sangre que pasa por mis venas con sudor y lágrimas. Dedicaría cada uno de mis suspiros llenos de dolor a decirte cuánto puedo llegar a amarte. Y esta obsesión se convierte en enfermedad cuando decido que nada más vale la pena, solo entregarse por amor. Tal vez solo yo me entienda, pues todo lo que escriben mis dedos sobre el delicado teclado sale de mi, solo de mi. De mi mente, guiado por mi corazón, escrito desde mi alma. 
Tal vez de demasiada importancia a los sentimientos, pero es lo que hay. Tal vez sea demasiado dura conmigo misma... pero si lo soy, es porque realmente siento que lo merezco. 
Si esa persona, ese alma, fuera consciente de todo lo que sufro por su culpa... si fuera consciente de todo lo que le escribo, de todo lo que mis dedos sufren escribiendo horas y horas sobre ese ser en concreto... si supiera todo el castigo que me impongo a mi misma, física y psicológicamente, tal vez reaccionaría e incluso podría llegar a amar mi locura y mi masoquismo. Somos dos polos completamente opuestos, pero con tantas cosas en común, que todo se vuelve relativamente contradictorio. Son como... sentimientos contradictorios, palabras opuestas, que aman ser odiadas por mi alma y corazón. 
Ojalá pudiera hacer que todo esto fuera solo psicológico, despertar y que todo haya d e s a p a r e c i d o. Pero mis estados de ánimo y mis pensamientos son tan contradictorios, involuntarios, sin sentido e irregulares como la vida misma. Como mi vida misma. 
Tal vez mañana no sienta nada de esto. Si mañana amanezco feliz (que lo haré, pues mi alma volverá a cruzarse con el antes mencionado ser.), no volveré a sentirlo, pues volveré a cegarme por sus ojos. Pero si mañana sigo en este estado de masoquismo puro y crudo, volveré a escribir sobre ello.
Me arriesgaré a asustarte, puedo dejar que te alejes de mi, pues sufriré por ello en silencio. Me tragaré mis propias pesadillas, las sellaré en mi cabeza como sellé mis heridas con mi propia sangre.
Quisiera poder decir que esto lo escribo por escribir, pero es tan real que incluso a mi me sorprende. Mi masoquismo hace adorar estos textos, pero mi lado depresivo y con miedo me advierte de que tal vez me arriesgue a que te asustes, salgas corriendo y me dejes atrás. Por desgracia, gana mi lado masoquista. 
Escribiré mientras las últimas gotas de sangre que contienen mis venas salgan de dentro de mi, mientras el sudor caiga por mi frente recordándome todo el dolor que soy capaz de reflejar con una sola mirada. 
Puede que este sea una de mis facetas menos conocida por el resto de seres humanos. Si lo es, es por algo. En un momento u otro tenía que dejarlo salir, aprobeché que canciones como 'I wanna be your dog' de Joan Jett, o alguna que otra de My Chemical Romance (con nombre clave...) me transportan más allá de la locura, para poder soltarme y no dudar en escribir esto, tal como lo pienso. 




PD: No me hagais caso, los Monsters actúan demasiado sobre mi.

12 de marzo de 2012

Cuando me besas, quiero morir.

Cada vez que me hablas, que me dices que me quieres, el sonido de tu voz entra de tal forma a mis oídos que perfora mi alma. Llega tan puro, tan profundamente dentro de mi ser. Cuando eso pasa, no puedo evitar echarte de menos. Cuando me besas, todo es tan real... el amor da una puñalada a mi corazón, tu recuerdo envuelve mi celebro dejandome inconsciente, y tu esencia llena mis pulmones de tal forma que les resulta imposible contener el más mínimo oxígeno. Cada vez que me besas, literalmente, muero. Mirarte a los ojos me ciega. Me transporta de tal manera a otro mundo, que me pierdo completamente. Me siento desorientada cuando estoy contigo, pierdo todos mis sentidos y dejo de ser la misma. Te llevas mi cordura y mi sentido. Mi alma te pertenece, y solo queda mi inútil cuerpo. No me preguntes qué siento cuando me besas, porque mis labios están sellados. Sellados por los tuyos, están en penitencia por desearlos de esa forma. Así que no me preguntes qué siento, porque es obvio. Cuando me besas, quiero morir.


Cuando amarte con toda mi alma ya no sea suficiente y ya no me quede aliento para decírtelo con palabras, cuando ya no haya medio humano de expresarte lo que siento, me arrancaré el corazón del pecho con mi propio puño. Solo así podré demostrar de una vez que mi amor es puro, crudo, real... Y una vez mi alma esté hecha añicos y mi corazón ya no pueda bombear; una vez que mi celebro se quede sin fuerzas para seguir soñandote y mi cuerpo ya no pueda consigo mismo, utilizaré mi última voluntad para demostrarte con un beso que llegué a morir por amor, por la persona a la que amaba. Los celos que me destrozan lentamente por dentro no es nada comparado con el dolor de la sensación de no ser suficiente. El dolor acabará conmigo, con mi alma y mi cuerpo. Mi alma ya es tuya, siempre lo será. Las heridas repartidas por todo mi cuerpo demuestran que es real, que no lucho en vano. Justo en el último momento, cuando lo único que quede de mi sea mi esencia, me levantaré. Después de morir por amor, resurgiré de mis propias cenizas para demostrar que puedo volver a amar una vez muerta. Que saldría con mis propias uñas de mi tumba, solo por ti. Mi bañera está llena de rosas con espinas, y al entrar mi sangre bañará mi propio cuerpo ahogado en el lamento y el dolor. Nadie escuchará mis gritos, pues los ahogaré bajo mi propio pesar. 

10 de marzo de 2012

El amor, tal como lo siento.

¿Alguna vez se te ha parado el corazón por un segundo al ver a esa persona? ¿Alguna vez se te ha acelerado hasta el punto de ponerte nerviosa al recordar sus labios? ¿Alguna vez has sentido que solo con cogerle la mano podrías ser feliz hasta el último de tus días? 
Ves a esa persona y solo quieres ir, abrazarla, besarla. Sentirla junto a ti, sentir su esencia... Solo con verla, te pierdes en sus ojos. Cada vez que la ves, sonríes sin saber cómo ni por qué. Y cada vez que la tienes al lado, las ganas de estar más y más unida a ella son increíbles. 
Piensas por un solo momento qué pasaría si se fuera de tu lado, si la perdieras; y te derrumbas. Apartas la mirada en un gesto involuntario cuando vuestras miradas se encuentran, y sonríes como una tonta. La piel se te eriza cada vez que recuerdas cualquier momento vivido junto a ella. Duermes y despiertas pensando en ella. Cada vez que recibes algún sms suyo, eres tan feliz...
Sientes que podrías dar cualquier cosa por ella, incluso tu vida. Que no necesitas nada más. 
Si sientes eso... es que estas enamorado/a. El amor es eso. Querer tener a esa persona entre tus brazos y no soltarla nunca. Besarla, y que todo tu cuerpo se paralice y solo puedas concentrarte en ese beso. Verla y morir por dentro, sentirla cerca y no querer que vuelva a alejarse nunca. Mirar sus labios y morderte los tuyos sin poder evitarlo por el deseo de sentirlos con los tuyos. Fijar tu mirada en sus ojos, y ver su alma. Que cada vez que te toque, su fría piel acaricie tus sentidos de tal forma que solo puedas sentir su tacto sobre ti. Sentir que al fin hay algo que no puedas dejar escapar. Pensar a cada momento '¿Qué estará haciendo?', si estará pensando en ti... No conseguir sacarla ni un segundo de tu mente, y echarla de menos nada más separarte de ella. Sentir que tu alma esta unida a la suya, y que sus labios la sellan al entrar en contacto con la piel caliente de tu cuello. Querer dedicarle cada canción de amor que escuchas, enamorarte de la letra de cualquiera de ellas al sentirte identificada... No poder dejar de escribir sobre ella, de pensar en ella, de mirar sus fotos, de leer sus escritos. 
Sufrir cuando ella sufre, reír cuando ella ríe, llorar cuando ella llora, sonreír cuando ella sonríe, caer cuando ella cae y levantarte cuando ella se levanta. Eso es amor.

28 de febrero de 2012

...

Y de golpe todo, todo se rompe. Todo cae. Ya no queda nadie, estás sola contra el mundo y tu único apoyo se pasa al otro bando.

27 de febrero de 2012

Lo que mi psicólogo dice de mi

Digamos que mi psicólogo, lo que se dice 'ayudar', no ayuda. Él solo escucha, y saca conclusiones. Me ha dado algún buen consejo, y me ha dicho cosas que nunca nadie me había dicho y que no olvidaré. Él siempre me dice que necesito cariño, que tal vez la falta de cariño me haga sentirme sola. Y sinceramente, creo que tiene muchísima razón, y siempre lo he pensado. Dice que tal vez mi 'obsesión' con los niños pequeños, con querer tener uno entre mis brazos, sea porque de verdad quiero a alguien a quien pueda querer con mi alma y a quien pueda dar todo el cariño que no me dan a mi. 
Siempre lo he pensado, y si él me lo dice, es porque es verdad. Nunca antes me lo habían dicho, pero un día estaba jugando con uno de mis primos pequeños (3 pequeñas personas que siempre sacan lo mejor de mi, y mi mejor sonrisa, solo con acercarse a mi y decirme 'hola tata!'.) y mi tía me dijo que yo sería una buenísima madre. Eso me marcó. Lo mejor de ellos es que, como dice mi psicólogo, puedo quererlos y amarlos con toda mi alma. Y eso me encanta, porque te dan el mismo cariño sin el más mínimo esfuerzo, solo con esa sonrisa inocente y llena de alegría pueden dartelo todo.
Y, en cuanto a todo lo demás... Dice que lo vivo todo a lo grande. Es decir, cada sentimiento, lo transformo en una bomba. Dice que vivo tan al 'límite' que, cuando estoy feliz, estoy demasiado feliz. Y cuando estoy triste.. me deprimo demasiado. Y que nunca estoy en un estado intermedio. La última vez que fui, me dijo que lo vivo todo con tanta intensidad que entonces estaba tan feliz que no tenía cabeza para nada más. Tenía como toda mi mente llena de felicidad, y era verdad. Ahora me diría que el 'dolor' ha ido rompiendo la felicidad. Pero es normal. Porque cada pequeña cosa que pueda herirme, me perfora un poco más el alma. Y por cada piedra con la que me tropiezo, me encuentro con otra más grande. Hasta que no puedo pasar, y me quedo allí de pie sin hacer nada, cerrando los ojos y deseando que la enorme piedra desaparezca.
Hoy, una de mis mejores amigas me ha dicho: Tú no eres así, Noelia. Se nota que te pasa algo, porque no te has reído ni una vez. Y eso en ti es imposible. 
Me ha preguntado qué me pasaba exactamente y no le he sabido responder. Son tantos problemas juntos.. tanto en la familia, como en lo 'sentimental' (?)... todo. Cada tontería me hace crearme una paranoia, y hay tanto dentro de mi que me bloquea y me hace no poder ni llorar. Ni sonreir. Solo mirar hacia delante, con la mente completamente en blanco y la mirada perdida. De vez en cuando, sin querer, cae una lágrima de mis ojos... Yo creo que estoy en shock, o algo. No puedo ni escribir, y todo me da igual. Intento no ponerme tan paranoica, intento aferrarme a lo que me hace feliz y no a lo que me hace caer... y cuesta. 
Y siento que la única que se preocupa es mi mejor amiga. Porque la única persona que me da cariño día a día, que me hace sentir tan especial en las horas de instituto cuando más deprimida estoy, es Tamara. (Una de mis mejores amigas, la mejor que tengo en mi instituto) Siempre viene a abrazarme y a besarme entre clase y clase. Me besa el cuello, la mejilla... me abraza, me dice que me quiere, y así nos quedamos en medio del pasillo notando como la gente pasa sin decir nada. Miran, pero callan. Con ella me siento fuerte, querida, feliz. Y últimamente no es así, ni siquiera con ella. Sinceramente, lo único que creo ahora es que estoy perdida. ¿Cómo solucionarlo? Ni idea.
El mayor bache por el que he pasado, o uno de ellos, fue tener que superar que mi ex me dejara y, encima, que a los pocos días estuviese con otra. Y, lo único que me ayudó a superarlo fue algo que mi psicólogo me dijo: "Tienes que pensar que nada dura para siempre. Ella ha roto contigo, y como ella vendrán más. Tienes que darte cuenta de que eres muy joven, tienes que pasar por muchos altibajos en tu vida, y no debes de darte por vencida por ellos. Es normal que pases por esto, todos hemos pasado por esto. Aférrate a lo que te hace feliz, y así lo superarás." pero eso al principio no funcionó. Solo la última frase. Tal vez sea verdad eso de que me enamoro demasiado, y que cuando me enamoro tal vez me obsesione. Por cada detalle me siento fatal, o soy feliz. Gracias a que empecé a sentir algo por otra persona, a interesarme por ella, a querer saber más de ella... Gracias a eso lo superé sin ni siquiera darme cuenta. Y ahora estoy con esa persona y solo ella puede hacerme sentir especial.
Me da igual todo, me da igual con quien haya salido y quien me haya echo daño. Con mi mejor amiga y mi novia tengo suficiente como para empezar a superar todo lo que me viene encima. Pero.. ¿cómo? Sigo intentando averiguarlo. Hasta entonces, me encerraré en mi mundo, y dejaré que mi alma se calme y vuelva a sonreír por mi...

26 de febrero de 2012

Crazier

Siempre que estoy mal, de bajón, medio deprimida, me encierro en mi mundo. Antes, no era así. Hace tiempo, cada vez que estaba mal me ponía a llorar estuviera donde estuviera. Buscaba el consuelo de los demás, iba a llorar a los brazos de mis amigos. Pero me he dado cuenta de que ahora, desde hace como 2 años o así, me deprimo desde dentro. Es como si.. no dejara salir mi tristeza al exterior, hacia los demás. Si alguien me preguna, "no pasa nada". Y no puedo llorar delante de alguien. Evito llorar con todas mis fuerzas, y cuando el dolor puede conmigo, me pongo música triste y lloro hasta que no me quedan lágrimas. Sin embargo, odio que alguien me vea llorar. En el fondo, me encanta, porque me desahogo y me siento querida cuando alguien intenta consolarme. Pero intento no llorar delante de los demás, siempre. No sé cómo he cambiado tanto respecto a eso... supongo que me he vuelto más reservada desde que lo pasé mal hace 2 cursos y no podía contar con nadie. Hace tres días me deprimí, y mucho... me pasé la noche llorando, y el dia siguiente en clase lo pasé fatal. No se lo conté a nadie, simplemente me callé y me tragué mis própias lágrimas y con ellas mi dolor. Ayer, fui a casa de mi mejor amiga aún estando deprimida. Me animó muchísimo solo con invitarme a su casa. Cuando me enteré de que ibamos a ver a nuestros respectivos amores (no se sabe qué tipo de relación tienen ella y su chica, así que por no poner etiquetas...), me volvió a venir el bajón. No quería ver a nadie desde el momento en el que me deprimí, solo a mi mejor amiga, y quedar me hizo caer otra vez. Estando en el metro, solo quería volver atrás... Y una vez allí solo podía sentirme mal, pensar en todo lo que me estaba jodiendo y aguantarme de nuevo las ganas de llorar. Me mordía el labio, tarareaba las canciones que ella ponía en el ordenador.. Mi mejor amiga me miraba y me preguntaba solo con la mirada "¿estás bien?", a lo que yo respondía con una pequeña, dolorosa sonrrisa. Son tantos los problemas que tengo, que ni siquiera estar en una misma habitación con ella pudo animarme. Solo podía mirarla, sentirme afortunada y deprimida al mismo tiempo. Sin embargo, en la despedida... Tenerla entre mis brazos, besándola y acariciándola, sintiendola pegada a mi, sintiendo sus latidos y su respiración hizo que lo olvidara todo. TODO. Y eso es, sinceramente, increíble. Nunca (y cuando digo 'nunca', lo digo de verdad. Con la mano en el corazón.) nadie me había hecho sentir así, nunca nadie ha podido hacer que todo lo malo desaparezca solo con abrazarme, o besarme. El echo de estar entre sus brazos hizo que las insoportables ganas de llorar, desaparecieran por completo. No podría haber llorado aunque quisiera, y mi mente se fué por completo de mi cuerpo. Solo la notaba a ella, su esencia... 
Odio estar deprimida, cosa que antes me gustaba porque sentía cosas muy fuertes y intensas. Antes solo me duraba una tarde, o un día. Cuando la cosa era seria, duraba semanas. Pero ahora cada vez que me deprimo, todo es mucho peor. Ahora quiero llorar al recordar que estuve entre sus brazos tanto rato y no me derrumbé. Quiero llorar porque cuando estoy mal, soy así. Lloro por nada, y por todo. Con música, y sin ella. Me siento sola y no puedo evitarlo. Y todo eso hace que el echo de necesitar sus labios y no poder tenerlos ahora sea más insoportable. Porque la necesito tanto... solo hay tres personas que pueden animarme por completo sin ni siquiera intentarlo: Mi primo pequeño, Frank; Mi mejor amiga, y ella. Solo hay una persona que ha podido "aislarme", hacer que me olvide de mis idiotas "depresiones" por completo: ella. Hay una canción que dice "you make it easier when life gets hard". Es mi canción 'especial' con mi mejor amiga. Hay una canción, llamada Crazier (click en el nombre para escuchar la canción), que dice:


I was trying to fly but i couldn't find wings
You came along and you changed everything
"Intentaba volar pero no podía encontrar halas
Viniste de pronto y lo cambiaste todo."
Y, otra estrofa dice: 
You showed me something that I couldn't see 
You opened my eyes and you made me believe


Es decir: "Me enseñaste algo que no podía ver.
Abriste mis ojos y me hiciste creer." Toda la canción es perfecta, y me identifica bastante... quisiera dedicársela y que con ello sepa lo que siento. Es una canción tan perfecta.. La adoro.


Pero.. cuando me deprimo, las dos canciones que más me identifican desde la primera letra hasta la última, son Fix You - Coldplay y Down - Jason Walker.

19 de febrero de 2012

Perfección.

Siempre me he preguntado si de verdad puede existir algo perfecto. Mi profesor de historia dice que si tenemos una idea de algo perfecto, es porque realmente existe. Y creo que nadie es perfecto. Pero, por primera vez en mi vida, siento que hay alguien que se acerca muchísimo a lo que el término perfección se refiere. Ella.
La verdad es que me siento rara ahora que estoy con ella. Porque al fin tengo algo 'perfecto' en mi vida. Es la primera vez que intento escaparme, escabullirme de mis planes para estar con alguien. La primera vez que mi corazón se acelera solo con ver su mano y sentir esas ganas irresistibles de agarrarla con mi mano, de rozar su delicada piel, de unir nuestras manos como si fuesen una. La primera vez que muero por los labios de alguien, y al separarme de ellos, muero por volver a besarlos.
Siento que tengo tantos sentimientos y emociones dentro de mi que quiero sacarlos todos al exterior, dejándolos marcados sobre un papel. Pero me doy cuenta de que todo lo que escribo es igual. Porque todo habla del amor, y de lo 'perfecto' que es. Podría pasarme el día diciendo lo feliz que soy solo con sentir que la tengo, que estoy con ella. Y no me cansaría de decirlo.
Me siento orgullosa de mi por poder estar con alguien como ella, y orgullosa de ella por ser como es. Porque no le da miedo mostrarse tal como es, y porque con un solo escrito lo dice todo.
Y para mi, ella encaja perfectamente en el significado de la palabra: Es inocente, sensible, profunda, preciosa.. Solo con ver su sonrisa, o su rostro, su cuerpo, sus ojos.. solo con verla, lo sé. Y sus besos, abrazos, caricias.. su tacto con el mío.. todo es tan perfecto. Hace que cualquier momento sea perfecto, perfecto como ella. Solo con tener el placer de mirarla por un instante, lo tengo claro. Es perfecta. Al menos, para mí lo es. Y nada, absolutamente nada, puede cambiar eso. Por eso me hace tan feliz.
Solo con besarme me transmite tanto.. solo con besarme hace que tenga más, y más sed de ella. De sus labios, de sus palabras.. Eso es amor. Eso, es perfección. Como todo a nuestro alrededor, el amor es perfecto. 

5 de febrero de 2012

04.02.12

Estar 2 horas sentada a su lado, con esas mariposas (bueno, más bien topos) en el estómago, nerviosa y sin poder dejar de moverme. 2 horas intentando ver una película que no lograba captar mi atención. 2 horas notando su perfume, su 'esencia'. 2 horas mirando su mano, intentando reunir todo el coraje para poner mi mano en la suya. Y, al fin, dejo que mi cuerpo actúe por mi. Le doy la mano, y dejo caer mi cabeza en su hombro. Los bruscos latidos de mi corazón se oían por toda la sala. Por un momento, creí que el corazón se me saldría del pecho. Luego se calmó de golpe. No he estado tan traquila y segura en mi vida. Durante todo el rato que estuve así con ella, la película desapareció. De repente a mi alrededor ya no había gente, ni siquiera butacas. Solo podía sentirla a ella, a su mano cogiendo la mía. Notando aún su esencia... Me sentía tan segura, tan querida, tan especial... Deseaba que la película no acabara nunca. Deseaba poderme quedar así para siempre. Cerré los ojos, y el tiempo pasó solo. Al salir no podía dejar de pensar que, durante un rato, nuestras manos habían estado unidas, igual que nuestras almas. Ese beso de despedida fue como el más especial de todos. Ella volvió a agarrar mi mano y mi corazón se volvió a salir del pecho. Y todo volvió a empezar. Dejé caer mi cabeza en su hombro, y sin poder evitarlo me acerqué a su cuello y lo besé. Cerré los ojos sin ni siquiera darme cuenta. Y, otra vez, volvimos a estar solo nosotras. Ojalá ese momento hubiera sido eterno... Cuando tuvimos que despedirnos al fin y volver a separarnos, no pude evitar volver a besarla. Fue todo tan especial que, por mucho que imaginara unos días antes, jamás hubiera imaginado que algo así fuese tan increíble. Empecé a echarla de menos en cuanto me despedí de ella. Ojalá todas las tardes fuesen como esa. Estar sintiendola a mi lado toda la tarde, con su mano en la mía, con nuestros abrazos y nuestros besos fue tan increíble... Y, por eso, creo que nunca olvidaré esa tarde. Cuando me preguntan "¿Estás enamorada de ella?", me siento orgullosa y feliz de poder decir que Si.

Y ahora una canción que me enamoró hace unos 4 años y que dice exactamente como me sentí en ese momento. Y como me siento cada vez que estoy con ella. Una canción que le canto siempre desde mi corazón.. (la dejo con subtítulos, clic en el nombre): Eternal Flame - The Bangles

26 de enero de 2012

Je l'adore..

Adoro que solo con besarme me haga desear que nunca, NUNCA desaparezca de mi vida. Adoro solo el hecho de que podría pasarme toda la noche, o todo el día besándola; sintiendo sus brazos a mi alrededor, sus labios con los mios.. Adoro que eso me haga tan feliz. Y sobretodo adoro que solo un beso suyo me mantenga viva y feliz durante una semana hasta que mis labios vuelvan a probar los suyos. Adoro que sea capaz de sacarme una sonrisa solo con conectarse. Y que con cada palabra suya, se me salga el corazón del pecho. La adoro a ella, simplemente. Y cuando el miedo llega a mi mente por la posibilidad de quererla demasiado, todas las preocupaciones se van con un solo SMS suyo. Y el miedo de asustarla con mi amor huye de si mismo cuando ella me dice que me quiere, y siento que todo esta bien, y que no la voy a perder.. Adoro que eso, al fin, sea real.

12 de enero de 2012

Un triste pasado oscuro y su cura. (?)

Cavo mi propia tumba levantándome de la cama cada mañana. Todos dicen que soy fuerte, pero no saben nada. Soy débil. Mis sentimientos y mi alma son débiles. Con solo una mala palabra o mirada hacia mi, me rompo. Me destroza imaginar que nadie me quiere. Mi ataúd estará lleno cuando muera, pues todos mis sentimientos y pensamientos morirán conmigo. O tal vez mi sed de amor acabe consumiendome. No he hecho nada de valor, nada por sentirme orgullosa en mis 16 años de vida. Mi felicidad me espera en la tumba, ya está en la sombra. Mi dolor me empuja a ella, todos mis sentimientos quieren ser enterrados de una vez. Se apoderan de mi voluntad usando como arma una cuchilla. El estrés y la depresión me desesperan, y ya no me queda nada. No hay futuro en mi vida, no puedo ver nada. Mis sentidos se apagan, no quieren sentir más a mi cuerpo inútil. No quieren seguir viviendo, y no sé si yo quiero. Quien dice que la vida es bella está claro que no ha pasado lo que estoy pasando yo. Que no me conoce. Lo que estoy viviendo. Sola. Y ninguna de mis "amigas" puede reparar eso. El sentimiento de soledad y el dolor que conlleva con insoportables; intentan perforar mi corazón, un corazón al que ya no llega la sangre. Mis muñecas ya no tienen fuerza. Mis venas se vacían al igual que mi esperanza. El ansia y la necesidad de respirar ya no vive en mi. Y con la poca fuerza que me queda busco un motivo por el que morir. Y, entonces, la conozco a ella.

2 de enero de 2012

Y al fin, el arcoiris. 30/12/11

 Hace algo más de un mes lo creía todo perdido. Creía que no podría volver a estar con nadie, que no volvería a amar a nadie, que no podría volver a ser feliz, que jamás podría olvidar a esa persona que me hizo amarla hasta llorar.. Pero las cosas cambian. De pronto un día aparece alguien en tu vida que crees no muy importante. Alguien sin el cual podrías vivir perfectamente. Alguien que, en poco tiempo, puede dar tal color a tu corazón que en poco tiempo se hace imprescindible. 
Es increíble como alguien a quien conoces de solo 3 meses (más o menos) puede hacer que tu corazón se salga de tu pecho solo con estar junto a ti. Que estar a solo 3 cm de esa persona sea tan emocionante... Y es genial cuando te sientes orgullosa de ti misma por haber encontrado a una persona con quien compartir tantas cosas; Alguien que de verdad piensa como tú, con tus mismos gustos y aficiones. 
Hay días en los que pienso que, de no ser por ella, tal vez habría seguido con esta depresión durante meses y meses; pero que, gracias a ella (inexplicablemente) puedes ser tan feliz. 
Y supongo que es lo que tiene el amor, y que no soy la única que siente algo así, pero... lo más increíble es que haya hecho que mi sol vuelva a salir, que en mi vuelva a despertar la felicidad.
Me paso el día mirando a cada segundo si está conectada; si lo está, el ansia de querer hablarle se hace insufrible. Y si no está, son las irremediables ganas que me entran de verla conectada aún sabiendo que la conversación no durará más de 10 minutos (o tal vez sí, y esa es la mejor parte).
No puedo (y va completamente en serio) dejar de mirar sus fotos, una y otra vez. Y no puedo evitar sacar esa sonrrisa de tonta enamorada que me sale del corazón cada vez que veo cualquiera de sus fotos, o cada vez que leo y releo sus sms y sus tweets. 
Adoro su sonrisa, su cuerpo, sus facciones, su forma de ser y hablar, cada una de sus muecas, sus gustos, sus gestos... pero sobretodo adoro sus abrazos, su olor, sus besos; esos por los que muero por volver a sentir. Porque a los 5 minutos de despedirme de ella cada semana, ya la echo de menos. Y no hay nada que desee más que darme la vuelta, bajarme del metro e ir corriendo hacia ella para volver a abrazarla y besarla. Daría cualquier cosa por pasar un día entero entre sus brazos, sintiendola a mi alrededor, que sus labios pronuncien el querer sin soltar palabra...
Fue poco el rato que estuve de la mano con ella el último día 30, pero fue lo suficiente como para no poder quitarme el tacto de su piel de mi cabeza. 
Noto su olor en todas partes y me vuelvo loca. Mis ojos se cierran solos cuando siento su perfume sea donde sea, y me llevan aquel momento en el que me abrazó después de nuestro primer beso. Y no deseo nada más que volver a besarla, besarla profundamente.. besar su olor, su tacto, sus labios.
Cada vez que recuerdo aquel momento del día 30 de diciembre de 2011 en el que mis labios probaron los suyos por primera vez, me estremezco~ es un recuerdo tan bello, tan profundo, tan lleno de color y de amor que creo que jamás podré borrar de mi alma. Y espero que hayan muchísimos momentos como ese en este año nuevo. Porque tengo toda una vida para amarla. Si, amarla. Ha hecho que me vuelva loca por ella solo con sus palabras, con saber que está ahí, que me quiere... ha hecho que me enamore de cada una de sus frases, de sus lado más fuerte y del más dulce. Y siento que es tán frágil.. frágil como yo, como mi felicidad. Esa felicidad que antes se rompía como un hilo y que ahora es tan fuerte gracias a ella...
Esto es probablemente lo más 'cursi' que haya escrito nunca, pero todo es tan cierto. Todo es tan mágico cuando se trata de ella... 
Mi único miedo ahora es que se vaya de mi vida, porque creo que no podría soportarlo. Le doy todo el amor que puedo cada día, con esas palabras que se escriben solas desde que estoy con ella... Y acceder a salir conmigo (y con ello, poner nuestra relación sobre algo estable) es una de las cosas más preciosas que me han hecho nunca. Y es como un regalo para mi. 
Sí, la amo, y quiero estar con ella, aprobechar cada momento a su lado. Quiero cojerla entre mis brazos y no soltarla nunca. Y quiero sobre todo que mis labios no noten su ausencia por el resto de mi vida.


30.12.11 Quedará grabado en mi ser hasta el fin de mis días. Porque, al fin, después de la tormenta ha llegado el arcoiris que vuelve a dar luz a mi vida. MN.