12 de noviembre de 2012

Dulce apocalipsis...


Yacimos juntas bajo las dulces sábanas, nosotras y nuestro amor, olvidando el exterior de esas cuatro paredes que contenian y aguardaban el secreto de nuestras almas haciendo el amor durante toda la fría noche. Nuestros labios no perdían el contacto, ignorando la cruel realidad que aguardaba tras la ventana entreabierta frente a la cama. Envenenadas por el dolor de la despedida, nuestros cuerpos se acariciaron por última vez y con un beso de amor pronunciamos las palabras "te amo" una vez más. Ambas cerramos los ojos, sintiendo como nuestra sangre se derramaba sobre aquella cálida cama, inundando la sala del recuerdo. Aquel fué el último amanecer que nuestros ojos presenciaron, viviéndolo como el primero.
El mundo, el cuel mundo acabó con nosotras, con nuestra realidad. Nos perdimos en nuestros besos, nuestros sentimientos salieron a la luz por completo. Hicimos el amor hasta nuestro último aliento, y así nuestros cuerpos se apagaron en un momento de a la vez, libertad.
Sentí com onuestros corazones dejaron de latir, como nuestras respiraciones bajaban el ritmo hasta desvanecerse y una muerte así, juntas, sin dolor, hacía que la muerte no fuera tn mala. Hacía que fuera algo dulce. Con las espinas clavadas en todo nuestro cuerpo ensangrentado y tras hacer el amor y beber y besar el veneno (que era a la vez el néctar de la salvación) hizo que nuestras almas quedasen liberadas, y más tarde se reunirían en otra vida para poder empezar todo otra vez...


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