5 de julio de 2012

Momentos

Hay momentos en los que te olvidas del mundo. Olvidas todo lo que te rodea: amigos, familia, vecinos, conocidos, tu mascota, las casas o bloques de tu alrededor... Momentos en los que recuerdas pequeños fragmentos de tu vida, recuerdos. Pequeños momentos que se quedaron en ti, en piezas. Unos te hicieron feliz en su momento, otros te hundieron. Es como leer tu diario... Piensas en lo que tenías antes, y lo que tienes ahora. Con suerte, y yo tengo suerte, pensarás '¿Donde ha estado ella toda mi vida?'. Piensas en todo lo que has perdido y ganado en tu vida, te preguntas si lo compensa. Y a veces solo con tener a alguien a tu lado en quien pensar, y dedicar unos minutos para absorberte completamente en tus recuerdos, vale la pena haber perdido miles de batallas. Alguien por quien valga la pena luchar. Alguien que te anime a salir adelante, alguien por quien decir 'me voy a esforzar'. Hubo una temporada en mi vida en la que pensaba 'no tengo a nadie, no voy a salir adelante. No tendré una familia, ni trabajo, porque seré una fracasada. Si nadie me ha querido y cuidado de verdad hasta ahora, ¿quién lo va a hacer?'. Y es increíble como llega un día en el que te despiertas, y nada es como el día anterior. Te levantas de la cama sintiéndote mejor persona, y algo dentro de ti te dice que no está todo perdido. Sin saber cómo ni por qué, te pones en el ordenador y solo buscas a una persona. Y te preguntas a ti misma '¿es el amor?'. Sonríes, e intentas ahogar los nervios al pensar '¿le hablo? ¿no le hablo?'. Seis, o siete meses después de eso, volviendo atrás en tu mente y recordando los nervios y la felicidad que un día esa persona te hicieron sentir, piensas 'era el amor'. Recuerdas cada momento con esa persona, como ella te salvó la vida. Cómo hizo que volvieras a sonreír, a recuperar la esperanza. Y todo, de un día a otro. Es ese maravilloso día en el que nada más levantarte solo piensas en ella, y te das cuenta de que estás enamorada. Desde el día en el que empezaste a sonreír como una niña pequeña, hasta ahora. Te paras a pensar en todo lo que piensas, en lo increíble que es todo. En que habías olvidado por completo qué era sentirte sola y sin esperanzas. Solo, solo con tener a esa persona que llena todo el vacío que un día alguien dejó en ti, en tu alma. Y solo deseas que esa persona a la que amas, esté a tu lado para siempre... Piensas en lo especial e imprescindible que es el amor en tu vida. Piensas en sus gestos, su sonrisa, su piel, su perfume, sus caricias, su mirada, sus labios... Y te das cuenta de que no quieres perder eso, nunca. Y toda tu vida ha cambiado desde esa primera sonrisa. De golpe un día encuentras el amor, y ya no necesitas nada más... Tu felicidad, tu ilusión, tu esperanza... Todo crece en torno al amor. Deseas todo lo que antes no deseaste, sientes que todo es nuevo, y piensas 'Sí... Es el amor de mi vida.'.
Dicen que no debes arrepentirte de algo que en su momento te hizo feliz. No me arrepiento de nada. Porque si no me hubiera equivocado antes, si no hubiera sufrido tanto por amor y por la amistad, si no hubiera actuado como actué, no estaría aquí, ahora. No sería lo que soy. No sentiría lo que siento. No estaría con ella... No habría conocido el amor de verdad. Lo que es querer proteger y cuidar de alguien las 24 horas del día. De lo único que me arrepiento, es de haber dado el primer beso, y todo lo demás. Todo lo que siento ahora con ella no es comparable con lo que llegué a sentir en su momento. Todo lo que hago con ella lo siento como si no lo hubiera sentido antes. Ella es la primera en todo. Algún día leeré todo esto a mis hijos, y les hablaré del amor. Les enseñaré a cometer errores e imperfecciones, a vivir como ellos quieran vivir, a no dejarse influenciar, a dejarse llevar por ellos mismos y no por lo que le dicten los demás. Tal vez su vida pueda llegar a ser dura... La vida de toda persona ha sido dura en algún momento. Pero, en cuanto a valores y principios, amor, cariño y apoyo, a mis hijos no les faltará nada. Nunca. Les enseñaré a vivir cada momento, a arriesgarse y tomar precauciones a la vez. Todo lo que aprendí por mi misma, todo lo que sentí por mi misma... Quiero que ellos lo sientan tal y como yo lo siento con ella. 

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