16 de noviembre de 2012

Te lo prometo.

Marta, amada mía… Te prometo la vida eterna. Y, con esta promesa, te prometo que la cumpliré. Y prometo también asegurarme de que se cumpla. Te prometo vivir eternamente junto a mi alma, en mi corazón. Con mi amor.  Pero con una condición… Tienes que amarme, como tú prometiste, durante el resto de tu vida. Y este juramento quedará por siempre aquí, entre nosotras. Nadie podrá romperlo. Juro también amarte tanto o incluso más como tú me ames a mí. Pero, si tú dejas de amarme… Si rompes esta palabra, dejaré de amarte yo también. Para siempre. Pues si tú no me amas, ¿de qué sirve? Moriré. Conmigo, morirá mi alma. Y ya no podré hacer justicia… dime que no lo romperás. Pues no podré seguir viviendo. Quedaré sola en el vacío, en el cielo o el infierno, o en un estado intermedio… como sea. Pero sea lo que sea eso, no será vida. No habrá vida, no mientras tú no me ames. Así que intenta hacerlo, dijiste ‘capaz’, ¿no...? Cúmplela, cumple esa promesa… No quiero morir, y prescindir de tu amor, no quiero… Quiero abrazarte, besarte a diario. Quiero tu amor, lo necesito… Es el aire que respiro, la esencia de mi ama, la sangre que corre por mis venas, mi aliento, mi bebida, mi alimento, mi gravedad, mi mundo, mi vida, mi universo, mi día, mi noche, mi mañana, mi tarde… Lo es todo. No puedo prescindir, no, lo siento. Te obligaré a amarme, insistiré hasta la muerte… Pues será dulce si es contigo. Sino, no la quiero… Quédate mi alma… Quédatela. Devuélvemela si pierdes. No la quiero. Te amo…. ‘I promise’. I promise to love you every single day, every single night, every single moment of my life. Lo prometo… Prométeme esa vida juntas. Promete amarme eternamente. Promete cumplir la promesa. Prométeme amor eterno, pero hazlo ya… Y te prometeré cumplir esas promesas. Te prometo mi vida. Te prometo todo. Te lo prometo. No son solo promesas, es un juramento. Un juramento de amor. Y hoy, aquí y ahora, te doy mi palabra. Mi palabra, cuando te digo que te amaré eternamente. Por siempre. Cada día, cada hora, cada minuto, cada segundo… Cada momento de mi vida. Te amo, mi amor, mi vida, mi mundo, mi todo… Te amo. Te lo prometo.

12 de noviembre de 2012

Dulce apocalipsis...


Yacimos juntas bajo las dulces sábanas, nosotras y nuestro amor, olvidando el exterior de esas cuatro paredes que contenian y aguardaban el secreto de nuestras almas haciendo el amor durante toda la fría noche. Nuestros labios no perdían el contacto, ignorando la cruel realidad que aguardaba tras la ventana entreabierta frente a la cama. Envenenadas por el dolor de la despedida, nuestros cuerpos se acariciaron por última vez y con un beso de amor pronunciamos las palabras "te amo" una vez más. Ambas cerramos los ojos, sintiendo como nuestra sangre se derramaba sobre aquella cálida cama, inundando la sala del recuerdo. Aquel fué el último amanecer que nuestros ojos presenciaron, viviéndolo como el primero.
El mundo, el cuel mundo acabó con nosotras, con nuestra realidad. Nos perdimos en nuestros besos, nuestros sentimientos salieron a la luz por completo. Hicimos el amor hasta nuestro último aliento, y así nuestros cuerpos se apagaron en un momento de a la vez, libertad.
Sentí com onuestros corazones dejaron de latir, como nuestras respiraciones bajaban el ritmo hasta desvanecerse y una muerte así, juntas, sin dolor, hacía que la muerte no fuera tn mala. Hacía que fuera algo dulce. Con las espinas clavadas en todo nuestro cuerpo ensangrentado y tras hacer el amor y beber y besar el veneno (que era a la vez el néctar de la salvación) hizo que nuestras almas quedasen liberadas, y más tarde se reunirían en otra vida para poder empezar todo otra vez...